martes, noviembre 30, 2004

Copiar y pegar


Hasta hoy, cuando iba a darme un baño, no he sido consciente del baile de pisos en el que me he movido los dos últimos meses. Iba a girar el grifo de agua caliente del todo, como me había aconsejado una compañera de piso cuando me he dado cuenta de que no, de que esa instrucción no correspondía con este piso, sino con uno el que estuve alojada hace un par de semanas. Luego he recordado más reglas aplicadas a diferentes baños, sin que ninguna perteneciera al actual. Al final me he dado por vencida y me he duchado al modo tradicional, mezclando el grifo azul con el rojo, y no ha ocurrido nada inesperado, así que supongo que todo ha ido bien.
También me he dado cuenta de que paso demasiado tiempo delante del ordenador. El domingo, al doblar unas sábanas, se me escapó un pliegue y empezó a descomponerse mi montoncito. Entonces, por un instante, busqué el Ctrl+Z, la tecla de deshacer. Afortunadamente para mi salud mental, no había ningún botón en la tela y, pacientemente, sólo con mis manos, le devolví el estado original.

martes, noviembre 23, 2004

Grandeza


La mediocridad, posiblemente, consiste en estar delante de la grandeza y no darse cuenta. (Chesterton)
La literatura nace de darse cuenta de la grandeza -tarde, por supuesto- y recortarla, evocarla e inventarle un final feliz o uno trágico.
La literatura es ajustar cuentas con la vocación que abandonaste, el amigo que perdiste, con todas las decisiones equivocadas. Su magia reside en su trampa: acabas pensando que lo que has solucionado en el folio en blanco te ha reconciliado con ese episodio de tu vida real. Pero sólo te ha curado un poco por dentro (que no es poco, por otra parte).
Así que mi blog es un expiador de culpas. Aunque no sólo eso. También es un registrador de todos los momentos y pensamientos que hubiera olvidado (claro que son perfectamente olvidables). Siempre me da un poco de vértigo releer los posts anteriores, porque todo lo que escribí estaba destinado al extravío. Y no sé hasta que punto recordarlos me confunde y me traslada a una nube narcisista, en la que se repiten las referencias de discos, películas y libros. En la que los temas se vuelven circulares y se pretende clarificar lo que no está nada claro.
Un universo cerrado y reiterativo y, sin embargo, un espacio libre, a prueba de mezquindades y orgullos malentendidos (casi todos lo son). Un escaparate crítico y autocomplaciente al mismo tiempo. Tal vez si sigo hablándole, descubra mi grandeza y no tenga que recurrir a la literatura para pactar una tregua.

viernes, noviembre 19, 2004

Fracaso

Mi padre me contó que había escuchado en la radio una frase genial al cantante de "La Trampa" (si no recordáis al grupo, tiene aún más sentido): "El fracaso no se me ha subido a la cabeza".

martes, noviembre 16, 2004

Lord Wellington

La otra noche se me ocurrió que, tal vez, tú tampoco dormías. Y pensé palabras que se volvieron en mi contra. Me pasa muy poco, casi siempre están de mi lado, pero cuando ocurre, es como si te traicionara un amigo.
Entonces me acuerdo de lord Wellington, un mariscal irlandés que cuando pasaba revista a sus tropas (al parecer no muy disciplinadas) decía: "No sé si causarán miedo al enemigo, pero ¡vive Dios que a mí sí!".
No es que no esté advertida de que las palabras pueden jugar con uno. Lo avisa el verdadero Holden: nunca cuentes nada a nadie porque en cuanto lo haces empiezas a echar de menos a todo el mundo.
Nombrar las cosas es añorarlas.
Me queda el consuelo de que, pese a sus dudas sobre sus compañeros de viaje, Wellington ganó su batalla. Por ahora yo, como G, me conformo con elegir mis trincheras.

jueves, noviembre 11, 2004

Sancho y yo


Lo intenté, presuntamente, en segundo de BUP, pero no se puede denominar oportunidad a algún capítulo suelto y a los brillantes resúmenes de una compañera, que me valieron para superar el examen y olvidar el libro.
Ese año había descubierto la novela hispanoamericana del siglo XX (sobre todo "Cien años de soledad", también por culpa de mi profesor de literatura)y esa época se me antojaba demasiado lejana. La recuperé con Shakespeare; Cervantes, en cambio, siguió sin atraerme nada (debe ser la solapada educación nacionalista ;).
Como no tengo personalidad y todo tipo de festejos me afecta más allá del sentido común, he decidido leérmelo ahora, a cuenta del cacareado centenario. Dicen que la primera vez conmueve todos los cimientos.
"Nadie es más justo que el que es libre" (Andrés Trapiello, a propósito de Don Quijote)

miércoles, noviembre 10, 2004

Losing my religion

Pienso que mis momentos más hermosos son los que he olvidado. Pero también creo que alguna parte de mi los conoce, extrañamente, aunque no los recuerde ni los reconozca, y que de ahí nace esa alegría irreflexiva que me adorna, ese optimismo que descoloca y arrincona mis tragicomedias cotidianas. A esta memoria emocional la imagino como un cofre deshabitado que me susurra al oído: te sobran motivos para sonreír, aunque no sepas cuales.

martes, noviembre 09, 2004

Melinda y Melinda


"Está apesadumbrado, está desesperado, tiene tendencias suicidas. ¡Existen todos los elementos cómicos!"
"La habitación está un poco desordenada, porque a la mujer de limpieza le han tocado 168 millones de dólares y le he dado el día libre" (a recordar para las visitas ;)
"Intentarlo es el primer paso hacia el fracaso" (esta es de Homer Simpson, pero encaja en el espíritu)
Quise ver la última película de Woody Allen desde que pusieron su anuncio en las marquesinas de Donosti, durante el Festival de Cine. El cartel tachaba alternativamente comedia y drama, como si la publicidad no se pusiera de acuerdo. Luego descubrí que esa era precisamente la esencia de la película: confundir la tragedia y la sonrisa, poner el enfásis en el cristal a través del que contemplamos los hechos.
La película es genial, como casi todo su cine.
Me gusta porque transita por caminos conocidos: la desesperanza, la alegría, la desacralización de casi todo, la burla de sí mismo... y vuelta a la trascendencia.
"El hombre es un Dios cuando sueña, y un mendigo cuando reflexiona" (esta vez Hölderlin)

jueves, noviembre 04, 2004

Lectores

La lectura exige una participación de la imaginación y la inteligencia que no exigen otras actividades, y facilita esos elementos de insubordinación sin los cuales no es posible ejercer la libertad.
Lo dice Mario Vargas Llosa, cuyos libros me gustan frecuentemente. No es tan común, en cambio, que esté de acuerdo con sus opiniones (por lo visto, soy más vulnerable a los discursos si están enlatados en literatura). Esta vez coincido, porque a veces siento la tentación de dividir al mundo entre aquellos que por leer examinan hasta los ingredientes del yogur y los que se abstienen incluso de los clasificados del periódico. No me gusta la repartición, porque en el otro lado se quedaría mucha gente que quiero. Pero, a veces, la literatura, tan propicia a construir puentes, puede levantar muros insalvables.

lunes, noviembre 01, 2004

Elecciones



El sábado, cuando me despedí de ella, se me ocurrió que era una ciudad propensa a las imitaciones. En su macrooperación de cirugía estética ha cogido un puente de aquí y una rotonda de allá, una peatonalización de Barcelona, una torre de Pekín. Y ahora es un puzzle, con piezas canallas y clasistas, museos, txoznas, barrios abandonados, un centro esplendoroso. Yo la adoro. Me está costando dejarla atrás y, de hecho, empiezo a pensar que nuestra historia no ha terminado, que volverá a enredarme con su precioso caos.
Entre Bush y Kerry, yo me quedo con Bilbao.