Here my dear
La cuestión es que el juez aceptó la propuesta del abogado. La primera intención de Gaye fue grabar un disco mediocre, lo más rápidamente posible, y olvidarse del asunto. Pero, por alguna razón, no pudo, y cambió de idea. Se encerró y compuso un disco que contaba su historia, la de amor y desamor. Se volcó en unas canciones que diseccionaban su relación: la pasión, los celos, la rabia...
Habrá gente que opine que lo que puso por encima de la inexistente ganancia económica fue la vanidad artística; yo prefiero pensar que quiso espantar los últimos fantasmas de algo que una vez fue hermoso. Por cierto, a Anna Gordy no le gustó nada la idea, y hasta se planteó demandarle por invadir su intimidad, pero finalmente no lo hizo. No sé, pero me la imagino una noche cualquiera, sola, poniendo el disco y bebiéndose una copa de vino. En algún momento se sonreía.
Let´s get it on...