Pero, a veces, las cosas cambian
Si la vida te pasó de largo ¿qué esperás para alcanzarla?
Una parece abocada a los laberintos, a sentirse siempre dentro y a la vez fuera de todo, a ser John Lennon pero querer ser George Harrison. Una parece condenada a la distancia y a la excesiva cercanía, a que las paradojas de diario le ahoguen y le salven. A creer que sabe lo que quiere, a creer que no tiene ni idea, a creer que no tiene ni idea de que tiene mucha idea sobre lo que quiere. Una vuelve a preguntarse, una vez más, si debería a estas alturas tomar un atajo o si se puede permitirse continuar por la carretera de la costa, más serpenteante, más hermosa, más peligrosa y, definitivamente, más larga. Si estas últimas semanas han significado algo ha sido una apuesta por la carretera de la costa. Una intuye, en cualquier caso, que su sentido de orientación, de la dirección, no va a colaborar en exceso en la travesía.
Pero, a veces, las cosas cambian.
Una parece abocada a los laberintos, a sentirse siempre dentro y a la vez fuera de todo, a ser John Lennon pero querer ser George Harrison. Una parece condenada a la distancia y a la excesiva cercanía, a que las paradojas de diario le ahoguen y le salven. A creer que sabe lo que quiere, a creer que no tiene ni idea, a creer que no tiene ni idea de que tiene mucha idea sobre lo que quiere. Una vuelve a preguntarse, una vez más, si debería a estas alturas tomar un atajo o si se puede permitirse continuar por la carretera de la costa, más serpenteante, más hermosa, más peligrosa y, definitivamente, más larga. Si estas últimas semanas han significado algo ha sido una apuesta por la carretera de la costa. Una intuye, en cualquier caso, que su sentido de orientación, de la dirección, no va a colaborar en exceso en la travesía.
Pero, a veces, las cosas cambian.