domingo, mayo 20, 2007

En construcción

Alguien ha dicho que el drama es una vida si le extirpas las temporadas monótonas. Hay novelistas que se dedican a destripar el misterio sobre qué pasa en todo este tiempo en el que no pasa nada. Yo no creo en esos tiempos. Quizá no des con las palabras para que esa nada adopte un poco de empaque, tenga peso, distinga el miércoles del domingo, enero de agosto, 1998 de 2003. Pero siempre pasa algo, sobre todo cuando no pasa nada. Ese tiempo en el que supuestamente no pasa nada es un domingo por la tarde, casi sombrío, que no ha producido ninguna anécdota para contar mañana en el trabajo, pero en el que estás a las puertas de descubrir algo, en el que rondas, acaricias una verdad que todavía no has atrapado, pero que sabes que te está esperando si sabes pensar lo justo, ni mucho, ni poco.
Sé que precisamente ahora que casi todo definitivamente va mal, algo, algo poderoso empieza a ir bien.
Hay gente que lee con más intensidad, con más pasión de la que otros emplean para vivir.