sábado, septiembre 01, 2007

El principio romano

Dicen que todos los caminos llevan a Roma, pero para mí será el principio de todo. No tengo grandes propósitos, o quizá sí. Quiero adquirir el aspecto de una campesina saludable (más mofletes, más...), esquivar los accesos de melancolía, combatir el insomnio, sufrir unas cuantas sobredosis de belleza. Quiero demostrarme lo que sospecho de mí misma, lo que los demás ya intuyen y yo no me acabo de creer. Me espera la ciudad eterna, pero también el sol (y los vinos) de Toscana y la mafia napolitana. Para acompañarme la primera semana me llevo a McEwan, a Grandes y a Vila-Matas. La segunda será suficiente con el gran C., que viene a salvarme con su perspectiva tragicómica de nuestras vidas. Y mientras me pregunto si no confío demasiado en este viaje, recibo un e-mail en italiano que no comprendo del todo pero que me ha hecho feliz. Es justo lo que necesito ahora: entender pocas cosas pero disfrutarlas muchísimo. Nos vemos a la vuelta, sin diccionario y con sonrisa.

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Pues si este es el principio seguro que el final será apoteósico.
Pásalo muy bien, sé feliz y cuenta luego.

Besos

4:20 a. m.  
Blogger Gonzalo said...

La compañía que llevas parece buena para disfrutar del viaje. Últimamente, como tengo poco tiempo en casa, asocio las lecturas a lugares lejanos, y así las recuerdo con doble de emoción. Disfruta.

5:35 p. m.  
Blogger Joan Torres said...

He tenido la suerte de estar en Roma en muchas y diferentes ocasiones. Es una ciudad naranja, lánguida y caótica.

Sólo coincidió el otoño en uno de mis viajes. Y así descubrí que los ocres de los árboles parecen inventados para conjuntarse con el color de la piedra.

Aquí estaremos, a tu vuelta, expectantes.

9:58 a. m.  
Blogger Deibis said...

Hola guapa... Un placer reecotrarte. Italia siempre reconforta. Espero que vuelvas siendo la misma o incluso mejor (difícil, pero bueno)

4:53 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home