Incertidumbre
"Y era tan natural cruzar la calle, subir los peldaños del puente, entrar en su delgada cintura y acercarme a la Maga que sonreía sin sorpresa, convencida de que un encuentro casual era lo menos casual en nuestras vidas, y que la gente que se da citas precisas es la misma que necesita papel rayado para escribirse o que aprieta desde abajo el tubo del dentrífico"
(Rayuela, Julio Cortázar)
(Rayuela, Julio Cortázar)
Me fascinan las casualidades, soy una austeriana sin remedio. Pero también me gusta persuadirme de que esa casualidad no es tal. Recibir una sorpresa con mi sonrisa de chica segura; afrontar el encuentro más inesperado con una tranquilidad abrumadora; que aparezcas y mi cara diga: "sabía que vendrías" (cuando jamás he albergado tal certeza). Disfruto con ese coqueteo entre el destino (eso a lo que parecemos abocados) y el azar(esos regates que nos regala el día a día) . Quizá por eso me encantan estos días, cargados de citas imprecisas. Soy una lamentable adicta a la incertidumbre.
3 Comments:
¡Cuánta razón tienes! Lo adorable de la vida es la sorpresa agazapada. Quizás nuestro destino esté escrito, pero, ¿a quién le importa ante el placer de descubrirlo?
Ojalá estas humildes y tempranas palabras que te dedico fueran la primera de tus imprecisas citas y encuentros con la felicidad de un día sorprendente.
Salvando muchísimo las distancias (tú eres como mucho más sabia, más serena y seguramente más guapa que yo), hay que ver lo que nos parecemos en algunas cosas...
A mi no me parece lamentable la adicción a la incertidumbre. Es más, me parece de lo más lúcida.
Yo sólo tengo una certeza.
El resto es purtita cuerda floja.
Tan excitante...
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