lunes, noviembre 14, 2005

La rosa

En los viñedos de Burdeos plantaban un rosal al pie de cada hilera porque si se desataba alguna plaga, mataba antes a la rosa y ganaban tiempo para salvar la vid. Lo he recordado hoy porque también me gustaría tener un detector de lo malo, aunque tuviera que sacrificar algo de belleza. ¿Sabéis esa gente que dice que tiene mucha intuición, que en cuanto ven a alguien saben como es y qué relación establecerán con él? Pues yo soy exactamente lo contrario. Confío en la gente más indeseable -bueno, esto no es del todo preciso: confío en todo el mundo y ahí se cuela gente indeseable-, pero lo peor es que me cuesta mucho admitir que me he equivocado, que alguien no merece la pena. Aunque tenga todas las pruebas: alguien que te juzga constantemente, como si estuviera por encima del bien y del mal, que cuestiona tus decisiones con crueldad; o que te traiciona y es incapaz de reconocerlo: tengo un par de ejemplos de cada caso y eran cuatro de las personas en las que más confiaba cuando empezó mi periplo en otra ciudad. Ahora que empiezo en otra, rezo porque mi sexto sentido no haga su aparición: bastante tengo con afinar los otros cinco. Y, sin embargo, mis contradicciones me aseguran que lo que más me dolería es renunciar a algo o a alguien bueno por ahorrarme decepciones.

7 Comments:

Blogger Msc said...

El recurso de la rosa es precioso, lástima que no conozcamos nada parecido para las personas. Es raro en mi, pero voy a pensar en positivo, y de veras, por cada persona con la que uno se equivoce se descubre otra en la que confiar

7:30 p. m.  
Blogger quizaspensabaenti said...

Supongo que las decepciones son inevitables e incluso parte del "juego" de arriesgar. Siempre he pensado que el que no arriesga no vive...
Me quedo, de todas formas, con la reflexión que hace Misscronic un poco más arriba; casi "ley de vida".
Un abrazo

7:46 p. m.  
Blogger Ogh said...

Hay gente por ahi suelta sin bozales, ni cadenas ni nada de nada. No confian en nadie y se aprovechan de las situaciones

Se arriman porque les viene bien que estes y cuando eres tú quien necesita algo huyen como ratas. Piensan que todo el mundo es como ellos. Y te hacen pensar que esa decepcion es fruto de tu propia ingenuidad

Pero supongo que hay que arriesgarse. ¿no?. Si no encontrara de vez en cuando a esa persona entre mil que merece la pena me sentiría tan solo.

Un saludo

9:08 a. m.  
Blogger H.G. said...

Pues yo soy una de esas personas que tienen mucha "intuicion" para saber como son las personas. Pero la tengas o no, al final todo se reduce a tomar el riesgo. Si lo que podrias ganar es mucho mas de lo que pdorias perder, entonces lanzate al vacio.

Saludos.

2:12 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Cuando uno no se coloca la coraza es cierto q se lleva muchísimas decepciones pero también es cierto q se pierde muchísimas alegrías. Suerte y Salu2!!

8:17 a. m.  
Blogger Crapúscula said...

Impresionante metáfora floral.Seguro que lo haces pero te ayudaría con algunos -para descartar o para apuntar a tu lista- mirar a la gente al interior de los ojos. Y ante la duda, como el bbv, adelante. :-)

1:37 a. m.  
Blogger ORACLE said...

como siempre hacen más ruido las malas cosas que las bellas. seguro que por la misma razón ha conocido usted a mucha gente excepcional. por no tener prejuicios. por creer en ellos fielmente.

5:59 a. m.  

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