(Eres un cero a la derecha)

A estas alturas del año, uno ya no suele acordarse de los buenos propósitos; los objetivos y los balances que marca el calendario se han desvanecido.
Esta vez, sin embargo, persiste la inquietud por hacer algo distinto, quizá porque un viaje me hizo más efecto que las uvas o los brindis solemnes. Me asusta dejar de ser consciente de mi plaga de imperfecciones. No diré que echo en falta la ansiedad por mejorar, porque me gusta sentirme cómoda, sonreír con descaro algunas mañanas. Pero se me estaban olvidando mis sueños. Estaba hipotecando demasiadas cosas por nada. Por eso ahora quiero colocarme un reto nuevo, algo de lo que no esté segura. Y a la vez, y aún no he resuelto si es o no una paradoja, no pensar tanto, permitirme un respiro, alguna resaca tonta.
Quiero, en fin, dejar de vivir entre líneas, atreverme a equivocarme y, también, a acertar.
6 Comments:
si no fuese por tu blog no sabría nada de ti... un abrazo
No uso despertador.
Pero por ti pondré uno para despertarte de la realidad y hacerte volver a los sueños.
Es un lujo equivocarse y acertar sin olvidarlos.
Besos.
Algunas estamos ahí, de nuevo ahí. Y es que, qué difícil es sobrellevar nuestras contradicciones...
Abril es un buen momento para retomar propósitos y para pararse a reconsiderar cosas.
Las contradicciones forman parte de lo que somos...
¿cuándo se deja de vivir entre líneas?
en el fondo, mola (me perdonarás la frivolidad).
Que tal va ese reto?
Un abrazo enormne, bonita
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