viernes, marzo 14, 2008

Se apaga...

Se apaga...

Anoche Iván Ferreiro actuaba en Donosti. Comprobé el vínculo sorprendente entre el ex Pirata y mi círculo de conocidos; nunca había coincidido en una sala de conciertos con tantos, incluido el primer chico por el que hice tonterías en mi vida (a los siete años: sólo soy precoz en asuntos inútiles). Y busqué, con más insistencia que de costumbre, algún verso-almohada, sobre el que dormir-soñar después. La cuestión es que ahora, ahora que todas las voces hablan a destiempo, funcionan los pequeños efectos, las cervezas del Bukowski, las palabras que encajan, la película de los viernes, los apellidos exactos, incluso los errores de casting. He descubierto que cuando empiezas a reconciliarte con tus equivocaciones, se apagan las odiosas fluorescentes y vuelven a impresionarte los cielos radiantes, aunque llueva.
(verso-almohada: sivasdetrásdemidisfrazteencontrarásati...)

4 Comments:

Blogger ybris said...

Pues deja que se apaguen.
Quedará esa impresión de los cielos radiantes.
Y la impecable emoción de ese verso de Iván Ferreiro, digno de ser una confortable almohada.
(Me gusta eso de verso-almohada)

Besos.

6:05 a. m.  
Blogger Gonzalo said...

Curioso. En Bilbao -el concierto fue la noche del sábado- la sensación era de adolescencia mal asumida por el público, con un Antzoki lleno como pocas veces. Lo malo de la edad es que añoro más a Los Piratas que al propio Ferreiro.

1:18 p. m.  
Blogger libertad said...

Reconciliarnos con nosotros mismos, y aceptarnos con nuestras debilidades y fragilidades, es la única forma de podamos mejorar de forma fluida (o al menos eso es lo que yo he aprendido también)
Un beso!

4:33 p. m.  
Blogger Irving said...

Yo también odio las amarillas de sodio, es bueno saber que no estoy solo...


un saludo.

4:02 a. m.  

Publicar un comentario

<< Home