Milagros
No acostumbro a ser demasiado persistente, salvo en cosas tan inútiles como contradecirme. Hace apenas dos días escribía que en este curioso universo de la blogosfera no éramos tan distintos. Pues hoy me voy a desmarcar con un tema que no entra ni de lejos en esa extraña identidad común que se teje entre los cuadernos de bitácora. En los blogs nadie habla de fútbol, salvo que sea para criticar los sueldos de los jugadores o la necedad de sus espectadores. Y, sin embargo, a mi me chifla. Entre la literatura rusa y el cine francés, qué quieren, se cuela también el gusto por el juego que cada semana reiventan 22 millonarios.
Resulta que mi equipo preferido pasa por un momento de profunda crisis deportiva, económica y social. Esta semana la noticia ha saltado a los medios de comunicación nacionales porque al menos un tercio de los socios ha decidido no acudir al estadio en señal de protesta. Los titulares: "La afición da la espalda al equipo"; "Guerra civil en la Real",... Por eso, me ha dado una pequeña alegría escuchar que los que sí han acudido han empezado animando al equipo. Eso sí, mientras escribo estas líneas, a los cinco minutos de comenzar el partido, el Valencia nos ha marcado un gol: la Real es, en estos momentos, la encarnación de ese dicho "a perro flaco, todo son pulgas", o algo parecido.
Pero una, que es una pesimista desinformada, cree en los milagros. Hoy he leído que la selección ha llamado a Iván de la Peña, un futbolista que ahora juega en el Espanyol. Es un caso que he seguido con interés, porque Iván es un jugador muy talentoso que nunca ha encontrado encaje en los equipos por los que ha deambulado. Y ahora de la mano de un modesto equipo catalán y del tiernísimo Lotina, ha sacrificado un poco, pero sólo un poco, su brillo y ha encontrado su sitio. El Espanyol es el equipo revelación y él un hombre que, después de muchos años, ha recuperado la alegría jugando al fútbol.
Por eso me gusta este deporte, por los antihéroes que lo pueblan, por las estrafalarias ilusiones que despierta y porque me hace conservar la fe en las segundas oportunidades. Puede que la Real remonte el partido o puede que no, puede que baje a Segunda División y que pase allí algunas temporadas, incluso puede que algun Piterman nos compre. Pero seguiré creyendo, porque los pocos que han acudido hoy a Anoeta (cuentan la radio y sus odiosos locutores) se temen lo mismo que yo, pero continúan aplaudiendo.
Resulta que mi equipo preferido pasa por un momento de profunda crisis deportiva, económica y social. Esta semana la noticia ha saltado a los medios de comunicación nacionales porque al menos un tercio de los socios ha decidido no acudir al estadio en señal de protesta. Los titulares: "La afición da la espalda al equipo"; "Guerra civil en la Real",... Por eso, me ha dado una pequeña alegría escuchar que los que sí han acudido han empezado animando al equipo. Eso sí, mientras escribo estas líneas, a los cinco minutos de comenzar el partido, el Valencia nos ha marcado un gol: la Real es, en estos momentos, la encarnación de ese dicho "a perro flaco, todo son pulgas", o algo parecido.
Pero una, que es una pesimista desinformada, cree en los milagros. Hoy he leído que la selección ha llamado a Iván de la Peña, un futbolista que ahora juega en el Espanyol. Es un caso que he seguido con interés, porque Iván es un jugador muy talentoso que nunca ha encontrado encaje en los equipos por los que ha deambulado. Y ahora de la mano de un modesto equipo catalán y del tiernísimo Lotina, ha sacrificado un poco, pero sólo un poco, su brillo y ha encontrado su sitio. El Espanyol es el equipo revelación y él un hombre que, después de muchos años, ha recuperado la alegría jugando al fútbol.
Por eso me gusta este deporte, por los antihéroes que lo pueblan, por las estrafalarias ilusiones que despierta y porque me hace conservar la fe en las segundas oportunidades. Puede que la Real remonte el partido o puede que no, puede que baje a Segunda División y que pase allí algunas temporadas, incluso puede que algun Piterman nos compre. Pero seguiré creyendo, porque los pocos que han acudido hoy a Anoeta (cuentan la radio y sus odiosos locutores) se temen lo mismo que yo, pero continúan aplaudiendo.
3 Comments:
Vamos, la Real no puede bajar a segunda, niña!!!
Eso sería una catástrofe. Habrá milagro. Te lo dice tita Pole.
Un besazo enorme!
Me encantó, este post -bueno, y todos los otros-.
Muchos ánimos para la Real !(fui simpatizante, una temporada que me medio enamoré de un jugador que se llamaba Lopez Rekarte).
Aquí en el Bosque somos del Athletic. Pero de esos que queremos a la Real en Primera para disfrutar de buenos derbies!
Me fastidia cuando me tachan de raro cuando quiero ver al Athletic primero, a la Real segunda, al Alavés tercero y a Osasuna cuarto, pero es que uno es así, y entiende los éxitos como algo diferente al fracaso de los demás.
Así que Aupa Real y a remontar el vuelo!!
Publicar un comentario
<< Home