lunes, septiembre 27, 2004

Una segunda oportunidad

Hoy me ha llamado un amigo que creía perdido. Ha tenido que hacerlo él, porque yo me sentía demasiado avergonzada para dar el primer paso. De hecho, aunque apenas hay días en que no piense en él y en maneras de verle –hasta las he soñado–, las semanas se me han ido escapando sin hacer nada.
Han sido catorce meses de separación, y en este tiempo yo debía haber estado a su lado, pero no pude, no supe hacerlo.
A veces mi torpeza afectiva me resulta insoportable.Y mi carácter reservado para según que cosas, y esa apatía terrible que me impide hacer lo que mi cabeza y mi corazón saben que debo hacer.
Pero, a pesar de que no me lo merezco, ha llamado. Y está bien. Y quiere verme. Y aunque aún tengo la angustia dentro, por saberme en deuda, me siento profundamente aliviada y feliz.
Puede que cometa errores parecidos con otras personas –no puedo asegurarme que no lo haré– pero sé que con él no me voy a equivocar más. Yo, que siempre me quejo de que la vida no me concede segundas oportunidades, no pienso desaprovechar esta.

1 Comments:

Blogger lulamae said...

Eso creo que nos ha pasado a todos,me alegro de que puedas enmendar tu error.De todas formas no estoy de acuerdo con lo de tu "torpeza afectiva" creo que eres un poco torpe(te he visto andar) pero dudo de que no sepas querer.Es extraño que nos pasen estas cosas,pero suceden todos los días y a todo el mundo.Lo único que podemos hacer es coger el móvil en el mismo momento en que nos acordamos de esa persona y llamarle para decirle hola.El resto saldrá por si solo.Da igual cuanto tiempo haya pasado y la deuda es la misma,en general para las dos partes,asi que tampoco te preocupes por eso.
P.D.:Cuando seas la novia de Kepa,¿podrás decirle que me hagan un contrato indefinido?te lo agradecería eternamente(es un buen partido,no?)

12:55 a. m.  

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