lunes, diciembre 06, 2004

La Scala



En febrero iré a Roma, y me apetece muchísimo conocer Napolés y Sicilia. Pero quien ocupa ahora mi mente es el gris Milán, que ya lo he visitado. Y ni siquiera fue una búsqueda consciente: era el avión que más nos convenía. Pienso en esa ciudad dos veces destruida -uno en la segunda guerra mundial y otra en la desastrosa reconstrucción de posguerra- por culpa de la Scala, que ha vuelto a abrir sus puertas tras una remodelación polémica (casi todas lo son). Sueño que algún día escucharé allí a Verdi, preferentemente "Aida".
PD: Mucho antes, esta noche, en Estravagario habla el escritor vasco Ramiro Pinilla. Tengo una sola referencia: alguien en quien confio dice que merece mucho la pena. (La 2, 23.30)

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Hola guapa. Sólo quería decirte que me alegré mucho de verte el otro día. Esto no tiene nada que ver con las cosas que has escrito sobre Verdi, la ópera..., pero no tengo otro modo de comunicarme contigo. Podría llamarte, pero no me apetece. Que se enteren tus lectores. Que se entere todo el mundo, hasta los que viven en Edimburgo. Te echaba de menos y lo pasé muy bien. Andrés no paraba de decir que estáis todas locas, pero muy locas. Un beso grande. EL PANADEROOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

4:07 p. m.  
Blogger Holden said...

Ummmm... Como añoro el pan de L.A. y, sobre todo, el arroz que preparabas, que nos duraba una semana... para comer, cenar y recenar tras la ingesta etílica en el... ¡no me acuerdo del nombre del bar del degenerado! ¿crack? ¿splash? ¿Cuándo me vas a invitar?

11:31 a. m.  
Blogger Haiduc said...

Pues si vas a La Scala, permíteme una sugerencia. Podrás elegir entre diferentes tipos de butaca, según comodidad y ubicación. Las opciones son 'Poltronccina, Poltrona y Poltroníssima'. Como en tantas toras cosas, la virtud se encuentra en el punto medio.

11:10 p. m.  

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