El viento que agita el centeno
No sé qué viento me agita a mi, pero últimamente me imagino mi destino como un gran péndulo, que se mueve por una extraña teoría de la compensación. Billy Wilder solía mostrar su sopresa porque, al meditar sobre sus películas, se daba cuenta de que en las épocas en que estaba deprimido hizo comedias y cuando se sentía feliz, en cambio, sus argumentos fueron de lo más trágico. "Quizás intente inconscientemente compensar cada uno de mis estados de ánimo", decía. Me da la sensación de que cuando todo estaba en mi contra, irradiaba una felicidad rebelde, como si quisiera sacarle la lengua a la realidad. Ahora que toca sonreír, me molestan las pequeñas cosas incovenientes, en las que antes no hubiera reparado, probablemente porque tenía problemas más apetitosos. Esto debe ser la insoportable insatisfacción del ser.
Matthau: "Cásese con un enterrador o con un verdugo; con quien sea, menos con un periodista".
Sarandon: "Pero Hildy va a dejar el periodismo".
Matthau: "No se pueden quitar las manchas a un leopardo ni enganchar un caballo de carreras a un carro de basura".
(Primera Plana, 1974)
6 Comments:
Y acabó sus días como profesor de ética periodística... Ja, ja.
Sólo pasé por aquí...no diré nada elocuente ni ingenioso, no me apetece, sólo pase por aquí, y leí.
Olimpia.
Extraña insatisfacción, pero también fecunda.
Mientras compensamos el hueco que sentimos nos hacemos exactamente lo que somos.
O sea lo que parecemos.
Lo contrario sería vivir a medias.
Besos.
claro que sabes que te agita.. solo sientelo.. no tratemos de etiquetarlo
Aunque no venga a cuento: Auster gana el Príncipe de Asturias...no es fantástico?
Me encantó la reflexión sobre los estados de ánimo. La comparto totalmente. A algunos de mis amigos les pareció increíble que ya me conocieran en los malos tiempos, porque siempre estaba 'de risas'. Supongo que para que a uno le apetezca afrontar la tragedia necesita antes dejar de ser un personaje de ella. Besos
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