lunes, diciembre 13, 2004

Lucidez

Vuelvo a Enric González, que hoy me ha devuelto la sonrisa por unos minutos. Escribe sobre Cristiano Lucarelli, un futbolista italiano que tenía un sueño: subir a primera división con el equipo de su ciudad, Livorno.
(Empieza el artículo) "Dinero, celebridad y comodidad son las tres llamadas irresistibles de los tiempos que corren. Existe, sin embargo, un tipo que no cedió al reclamo y prefirió, en cambio, un sueño. Se llama Cristiano Lucarelli, tiene 29 años, juega como delantero centro y en su ciudad será recordado por muchas generaciones. Pagó mil millones de liras, digamos cien millones de las antiguas pesetas, por una oportunidad: la oportunidad de realizar sus sueños y pasar a la historia. Y no falló".
En la primavera de 2003, Lucarelli jugaba en el Torino y buscaba acomodo entre algún club de primera. Le ofrecían un suelo de un millón de euros al año. Pero el Livorno subió a Segunda. Y aunque sólo podía pagar unos cientos de miles, Lucarelli aceptó renunciando a un sueldo mejor, a la fama y a la comodidad de no ser el responsable. Lucarelli jugó como nunca la temporada pasada. Y el Livorno subió. Este año se mantiene en los puestos medios de la tabla, luchando por la permanencia en el Calcio.
(Concluye) "Cristiano Lucarelli es un tipo que ha cumplido sus sueños, que vive entre los suyos y que será recordado por muchísimo tiempo en esta ciudad. Y sólo ha pagado mil millones de liras por todo eso".
Hay otra historia de un hombre grande justo por lo contrario, porque no pagó. Ayer murió Juan Alcorta, uno de los primeros empresarios vascos que se negó a abonar el impuesto revolucionario a ETA. Admiro su decisión no sólo por su valentía, sino también por su lucidez. Si yo hubiera estado en su lugar, seguro que me hubiera embarcado en confusos debates morales, en vez de percibir la verdad que brillaba. Manifestar públicamente su posición le colocó en la diana, pero también le liberó de lastres más pesados que el miedo: la culpa, la indignidad, el secuestro de la autoestima.

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Smog

Alegra ver que existen personas así, la mayoría traicionan a sus sueños, incluso felicidad por motivos vanales, huecos...cuanta irresponsabilidad en el mundo...

8:01 a. m.  
Blogger espita said...

A mi me gustaría enviar un abrazo y un beso muy fuerte a todos aquellos que no renuncían a sus principios y que saben que por ello se la juegan. Porque nos hacen creer en nosotros mismos.

10:10 a. m.  
Blogger Gonzalo said...

"La vida es muy peligrosa. No por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa." (Albert Einstein)

10:07 p. m.  
Blogger Edu Solano Lumbreras said...

Es extraño esto de tener Blogs. Es como pasar a limpio la memoria. Como dejar pruebas contundentes para luego ejercer el criterio basado en la experiencia. Como anotar en algún lado que alguna vez tuvimos vida para que no se pierda, porque es valioso.

Yo hace dos años no tenía Blog. Ni siquiera existía, hace dos años yo era otro. Tenía un par de Blogs muy tontos y firmaba como "El hombre infinito".

Pero tuve un sueño lúcido. Y la ciudad de sol apareció. Vacía de presencias. Vacía de todo. Y miré a lo lejos. Y la vi bulliciosa y alegre. Yo aún no he cumplido mis sueños. Quizá ando esperando todavía que el Livorno suba a segunda. No sé.

En cualquier caso, lo importante de esta historia, más allá de cualquier otra enseñanza, es que Lucarelli esa temporada jugó mejor que nunca. Porque ningún sueño se consigue sin esfuerzo.

Y de verdad, Holden, quisiera ayudarte a ser tú sin tanta herida. Y no hago más que golpear el cristal de la pantalla.

Que tú ya tenías claras muchas cosas.

Besos de hoy, recién cortados del jardín de mis labios, que te dejo en esta tierra que regaste en el pasado.
Y ten un buen día.

10:46 a. m.  

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