martes, diciembre 21, 2004

Los 25

Es esa edad en la que la juventud deja de ser absoluto y adquiere carácter relativo: tu sensación depende de con quien te estés tomando una caña.
Hasta los 22 eres joven, estés con quien estés. Nadie piensa, ni siquiera los adolescentes, que seas un viejo. Con 23 empiezas a intuir el declive, pero tu edad te sigue sonando bien. Con 24 adviertes que te acercas al precipicio y te aferras a los meses que te quedan. Con 25... con 25 te dices que ya nada volverá a ser igual, porque será peor.
No es que tenga un día pesimista, es que antes casi cualquier situación se reparaba porque podías restarle importancia al pensar en tu ridícula edad... 15, 18, 21... Y si no lo hacías tú, te lo recordaba el resto. Ahora ya no puedes esgrimir los años como una excusa, porque todo el mundo entiende que ahora sí todo empieza a ser trascendente (y a mi, por si no ha quedado claro, me aterra la trascendencia). Los errores pesan más, las decepciones son más confirmación que sorpresa, y los sentimientos... los sentimientos no son tan sencillos. Tal vez por eso escribo... en vez de llamarle.

5 Comments:

Blogger Munchausen said...

Pues yo, como adolescente y padre de un adolescente... Bueno, en serio: mis 26 años me han dejado mejor sabor de boca que los 25 y los 24 juntos (y eso hacen 49), y tengo espléndidas previsiones sobre los 27 años. Pero es agudo eso que dices sobre las cañas. Normalmente, debería arreglarse con otra caña más ;)

11:29 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Smog

El espirítu de la juventud depende de uno mismo, como tantas cosas, conocí gente de 22 años que parecían tener 60,hoy continúan así.Todavía me acuerdo un día en el topo que veníamos tres amigas de ver una película, tendríamos por aquellas unos 23 años, estabamos como echas polvo, apenas hablabamos y en frente había una pareja con una amiga, tendrían unos 68 años, venga que reirse, con una vitalidad enorme, parecía que tenían 16 años, al final las amigas se bajaron con nosotras, y una se despidió con un beso de su novio...me dieron mucha envidia, ojala llegué así a esa edad...y sólo dependerá de mí.

Nosotros mismos somos nuestros verdugos, nos complicamos demasiado la vida...¿merece la pena?

7:28 a. m.  
Blogger Gonzalo said...

Ratonov, agudo como siempre, da en el clavo: todo debería solucionarse con una caña de más, o en el caso más grave, con una de menos...

2:55 p. m.  
Blogger lulamae said...

Pero si eres una Bebita! No más te digo que todavía puedes usar la Gazte Txartela. Ay que tiempos aquellos en que te hacían descuentos y todavía tenía pelo....
No es por desanimar, mas bien lo contrario, pero esperate a llegar a los 28 edad en la que tus amigas empiecen a casarse y tener hijos y te encuentres un sábado a la noche en casa viendo en la tele tengo un email para ti,y rezando por que sea de aquel chico que conociste cuando eras moza, y suene el timbre de la puerta y trás un ramo de lo que sea aparezca el careto de Ane Igariburu recien operada y te diga que tienes una segunda opooooortunidaddd!!!!!!!
No te agobies que los llevas de maravilla

6:19 p. m.  
Blogger Poledra said...

Jajajaja, totalmente deacuerdo con Lulamae (lo de los hijos y la tele me ha pasado, lo del email seria de escribir un blog y lo de Igartiburu ya seria too much, pero si me pasa, prometo contarlo)

No te preocupes, a los 25 me paso lo mismo..te juro que se me paso rapido..a los 30 me ha vuelto a pasar, y estoy en proceso de que se me pase (ojalaaaaaaa)

Y los sentimientos nunca son sencillos, aunque a veces no queramos darnos cuenta de ello, a ninguna edad.

Un abrazo!

8:52 p. m.  

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