miércoles, junio 20, 2007

Carta de amor (Baricco)

Mi adorada:
Ya he llegado al mar. Os ahorro las fatigas y miserias del viaje: lo que cuenta es que ahora estoy aquí. La posada es acogedora: sencilla pero acogedora. Está en la cima de una pequeña colina, justo delante de la playa. Por la noche, se levanta la marea y el agua llega casi hasta debajo de mi ventana. Es como estar en un barco. Os gustaría.
Yo jamás he estado en un barco.
Mañana empezaré mis estudios. El sitio me parece ideal. No se me oculta la dificultad de la empresa, pero vos sabéis -vos únicamente en el mundo- lo decidido que estoy a llevar a cabo la obra que tuve la ambición de concebir y emprender en un feliz día de hace doce años. Me serviría de consuelo imaginaros con salud y con alegría de espíritu.
En efecto, nunca lo había pensado antes, pero la verdad es que jamás he estado en un barco.
En la soledad de este lugar apartado del mundo, me acompaña la certeza de que no queréis, en la lejanía, abandonar el recuerdo de quien os ama y siempre será vuestro.
Ismael A. Ismael Bartleboom

Deja la pluma, dobla la hoja, la mete en un sobre. Se levanta, coge de su baúl una caja de caoba, levanta la tapa, deja caer la carta en su interior, abierta y sin señas. En la caja hay centenares de sobres iguales. Abiertos y sin señas.
Bartleboom tiene treinta y ocho años. Él cree que en alguna parte, por el mundo, encontrará algún día a una mujer que, desde siempre, es su mujer. De vez en cuando lamenta que el destino se obstine en hacerle esperar con obstinación tan descortés, pero con el tiempo ha aprendido a pensar en el asunto con gran serenidad. Casi cada día, desde hace ya años, toma la pluma y le escribe. No tiene nombre y no tiene señas para poner en los sobres, pero tiene una vida que contar. Y ¿a quién sino a ella? Él cree que cuando se encuentren será hermoso depositar en su regazo una caja de caoba repleta de cartas y decirle
-Te esperaba.
Ella abrirá la caja y lentamente, cuando quiera, leerá las cartas una a una y retrocediendo por un kilométrico hilo de tinta azul recobrará los años -los días, los instantes- que ese hombre, incluso antes de conocerla, ya le había regalado. O tal vez, más sencillamente, volcará la caja y, atónita ante aquella divertida nevada de cartas, sonreirá diciéndole a ese hombre
-Tú estás loco.
Y lo amará para siempre.

9 Comments:

Blogger Joan Torres said...

De alguna forma todos tenemos una caja de caoba en la que se agrupan las palabras que reservamos para alguien que siempre está por llegar.

Un amor, un amigo, o el "yo" que seré cuando regrese al doblar la esquina del tiempo.

10:16 p. m.  
Blogger ybris said...

Así debe de ser.
Quizás así sea.
Esperaremos guardando cartas hasta que sea posible amar hasta la muerte.

Un placer volver a verte.

Besos.

7:25 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

«En la soledad de este lugar apartado del mundo, me acompaña la certeza de que no queréis, en la lejanía, abandonar el recuerdo de quien os ama y siempre será vuestro».
Qué fuerte!

Amigaaa, espero abrir algún día mi caja de caoba y cerrar la de cartón, esa que me negó amar hasta la muerte...
Te adoro guapa!

7:04 p. m.  
Blogger Crapúscula said...

Me ha encantado. ¿El texto que no está en cursiva es tuyo? ¿O es el fragmento siguiente? Qué preciosa idea, de verdad. Impresionante.

Déjate leer más, besos

1:56 a. m.  
Blogger Edu Solano Lumbreras said...

Lo que Ismael no sabía es que se cruzó con ella mil veces. QUe mil veces la ignoró porque no quería encontrarla. Sólo entregarse a esa ausencia. Que era motor, que era una huida de la nada hacia la nada, un entretenerse en la melancolía...

(que Baricco me perdone. Y tú. De paso. Siempre me emociono cuando te siento viva).

8:41 p. m.  
Blogger libertad said...

A veces eso nos ocurre un poco a todos. Pero a veces, también, no sé si nos ocurre porque queremos que nos ocurra. En cualquier caso si no sentimos que nos está ocurriendo, es como si no nos ocurrira. Yo también guardo esa cajita...
Un placer volver a saber de ti
Besoss

9:34 p. m.  
Blogger Crapúscula said...

Te he pasado la bola en nmi blog. Tú verás qué haces con ella. :-)

11:47 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

¡¡Qué hermoso!! …

12:23 p. m.  
Blogger abril said...

Acabo de leer el libro, voy a postera también el texto. Es curioso encontrar a alguién a quien también haya conmovido tanto.

saludos

5:45 a. m.  

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