Y, sin embargo, a menudo no queda otro remedio. En realidad, por mi parte, me crean enorme disgusto esas personas (conozco a alguna, y bien cerca), que por no saber despedirse nunca están cuando uno (yo, otro, otra) se van, por un tiempo o para siempre. Nunca dicen adiós. Ni siquiera hasta la vista. Conservarán un recuerdo, quizá. Pero son como el que, por no despedirse de un muerto, se niegan a acompañarle en su agonía. Perdona el comentario, quizá se sale de lo que dices. Pero me has evocado, sin saberlo, esa clase de experiencias próximas.
yo estoy ansioso porque ciertas cosas dejen de ansiarme. tengo prisa de no tener ganas, y creo que todo se solucionaría pasando página. no es fácil despedirse, de verdad que no.
5 Comments:
Por eso, a veces, es mejor callar.
Y, sin embargo, a menudo no queda otro remedio. En realidad, por mi parte, me crean enorme disgusto esas personas (conozco a alguna, y bien cerca), que por no saber despedirse nunca están cuando uno (yo, otro, otra) se van, por un tiempo o para siempre. Nunca dicen adiós. Ni siquiera hasta la vista. Conservarán un recuerdo, quizá. Pero son como el que, por no despedirse de un muerto, se niegan a acompañarle en su agonía.
Perdona el comentario, quizá se sale de lo que dices. Pero me has evocado, sin saberlo, esa clase de experiencias próximas.
pues deje las palabras y despidase con comunicacion no verbal.
yo estoy ansioso porque ciertas cosas dejen de ansiarme. tengo prisa de no tener ganas, y creo que todo se solucionaría pasando página. no es fácil despedirse, de verdad que no.
Es difícil la despedida.
Y dolorosa.
Como un desgarro -decia Rilke- quizás porque despedirnos de algo es despedirse un poco más de nosotros mismos.
Muchos besos, amiga.
Publicar un comentario
<< Home