miércoles, enero 07, 2009

Esperanza (es algo con plumas)

“Esperanza” es algo con plumas
-que se posa en el alma-
y canta una melodía sin palabras
y nunca se detiene -totalmente-

más dulce -en el vendaval- se oye
y herida tiene que estar la tormenta
que pudo abatir al pajarito
que reservó tanto calor

la oí en la tierra más helada
-y en el más extraño mar -
y nunca, ni en casos extremos,
me pidió una migaja -a mí-.

(254, Emily Dickinson)

jueves, enero 01, 2009

Despistando

las cosas que uno olvida suelen ser
las que valdría la pena recordar
digamos los ojos de mirar la lluvia
o la casa sin nadie al regresar de un viaje
o el poema perdido en no sé qué obras completas
(despistes, benedetti)

Hay palabras feas y ásperas, que desprenden un olor insoportable; otras, en cambio, te arropan como una manta suave en una casa sin calefacción. Él dijo una de esas palabras: desarmar. Siempre hay tesoros en los pisos desvencijados, si estás dispuesto a escuchar tras el crujido. No sabe la huella que me ha dejado en tan poco tiempo, pertenece a la categoría de personas que te conmueven por su bondad, que efectivamente, te desarman de tópicos, prejuicios y corazas, y te renuevan la mirada. Se va él, pero me queda su calma y también Benedetti para recordarme a mí, la reina de los despistes, las cosas que merecen la pena: el libro que releo en los insomnios, la mirada sin niebla de los justos y, otra vez, el latido (epiléptico, inquietante, imprescindible) del amor.
Este año ha sido Londres, una redacción cada vez más difícil, cada vez más acogedora, Harley Davidson, El Cairo, Andalucía, la boda más divertida, ese piso desvencijado con vistas imbatibles (lo que siempre quise), Climas, desayunos, banda sonora, nieve. El viaje más importante de este año lo sigo haciendo todos los días y esta vez sólo me he equivocado de dirección unos cuantos meses. Adoro los lazos invisibles, no deseo ser otra y espero de 2009 que me sigáis sonriendo entre líneas, confusos y perplejos, desde el otro lado de la pantalla.