lunes, febrero 19, 2007

La comunicación es un milagro

Me gustaría ser la voz en off de esas series que hacen que tu mundo encaje durante un par de horas. Pero, me temo que a falta de voz en off, banda sonora o contestadores telefónicos que funcionen, yo tengo este blog, aunque se parezca más a un puzzle huérfano que a un discurso consolador. Hace poco le decía a un amigo que mi ausencia de aitormena se debe a que necesito que mi sufrimiento sea más concreto, que me siento mal por demasiadas cosas y que no consigo atrapar ningún dolor para convertirlo en un texto. Sin embargo, los últimos días han apaciguado ese sentimiento. Sigo teniendo unos cuantos problemas, pero estoy decidida a restringir mi tendencia a dramatizar, tenga o no razones.
Hoy he regresado a Bilbao, a disfrutar de amigas con mayúscula, protagonistas de una de las épocas más felices de mi vida. Conocen mis millones de imperfecciones mejor que nadie, me quieren sin motivos y, sin que cambie nada, a su lado intuyo que habrá una salida.
Es cierto. No siempre cuesta tanto hacerse entender.
La vida es un milagro.