Hay tantas cosas que tienes que saber de mi, que no sé si tendré la ocasión y el coraje para contártelas. Si las supieras, lo entenderías casi todo. También podrías decidir que esto es demasiado complicado, y asustarte, y acabar con algo que ni siquiera ha empezado. Pero aún así, me gustaría que las supieras. Estar contigo sin prisas, y que las palabras me salieran fáciles, no como ahora que se quedan aprisionadas en algún lugar de mi garganta. Necesito que me conozcas y que me rechaces por lo que soy, antes de que me aceptes por lo que crees que soy. Tienes que saber que ser inflexible o distante no te servirá de nada; a lo sumo, aumentarás mi consumo de chocolate y películas lacrimógenas. Pero no te habrás acercado ni un centímetro a mí. Tienes que saber que la única vez que he estado enamorada en mi vida me costó muchísimo volver a dormir sola y que desde entonces no he vuelto a dormir más de tres noches seguidas con nadie. Tienes que saber que pienso en quien quiero más de lo que llamo, y es una pena, porque nadie mide los pensamientos, pero sí contabiliza las llamadas perdidas. Tienes que saber que tengo tanto miedo a que me quieran y a no merecerlo que cualquier excusa va a ser buena para abandonar. En X. el pasado, en J. la distancia, en E. el momento, en R. la edad... Puedo inventarme una para ti, pero esta noche me voy a dar una tregua y voy a leerme una entrevista que contiene cosas como esta:
El nacionalismo es más parecido a una religión que a una teoría científica. Las cosas que más excitan a la gente poco reflexiva son las que no existen, como Dios, la nación y todas estas cosas. Las caricaturas de Mahoma no son nada en comparación con las que se publicaron de Darwin desde 1859. Por cierto, que la etiqueta del anís del Mono sigue siendo una caricatura de Darwin. No creo que ningún científico se sienta ofendido por ello. Más bien se ríen. Pero hay mucha gente que no perdona por cosas que no tienen la menor importancia.Sí. Esta noche, tregua. No me enfadaré por nada que no tenga importancia, brindaré porque la libertad de expresión incluya escuchar y ver cosas que no nos gustan e intentaré coger fuerzas para que esta vez, por una vez, la cobardía no le gane la partida al deseo.